martes, 31 de marzo de 2009

Imaginación Volátil



Mi fantasía es muy volátil, y le doy rienda suelta. Ojo que no hablo de la fantasía que permite escribir buenos cuentos, no. Hablo de la imaginación mundana y más inmediata. La que permite en un viaje de bondi pasar de la mente en blanco a imaginarse al colectivero gordo en pelotas. Siempre me imagino todo, desde lo más placentero hasta lo más vizarro, pasando por lo más macabro asqueroso y lo más puro. Me imagino sambullirme en una bañadera llena de dermaglós emulsión (fantasía que mi piel reseca hace años que me genera). Me imagino en pelotas a todo el mundo, a mis sesos regados por el asfalto luego de un accidente (incluso me imagino el ruido del cráneo rompiéndose), y me imagino el contacto íntimo con todo el mundo (de todo sexo y raza, aunque las mujeres tetonas o exóticas facilitan bastante la tarea). Me imagino a la muerte de mis seres queridos y me imagino el nacimiento de un hijo propio. Me imagino también dando mi discurso porque me dieron el premio nobel, y me imagino un suicidio, cortándome en la axila, donde tengo bien claro dónde hay una arteria importante, ahí, junto con el plexo braquial.

Mi fantasía no respeta ningún tabu, NINGUNO. Creo que no hay un solo pecado que no abarque. Pensaba que eso era sano, y que todo el mundo en sus adentros pasaba por lo mismo. Cuando la fantasía empezó a filtrarse en mi humor, ya más de grande, y a hacerme quedar totalmente desubicado, empecé a sospechar que en realidad no es tan así. Hoy en día me pregunto si no seré medio perverso. Para los que me conocen, no se preocupen, nunca voy a llevar nada de las cosas que me imagino a la práctica.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Paranoia Marca Cañon

Estaba leyendo un artículo (El imperio del miedo, por Noëlle Burgi en http://www.eldiplo.org/dossier.php3?numero=117&dossier=117) con la idea de siempre de tratar de entender un poco más la locura en la que vivimos. Finalidad contradictoria si las hay, porque la locura por definición no se puede entender, si no tan locura no sería. El artículo habla de muchas cosas pero la sensación de la que ya he hablado en este blog, volvió a visitarme: que la alienación en la que vivimos esto, que el sálvese quien pueda lo otro, que el capitalismo lo de más allá. Cuando recordé que aún no leí el libro Matriz de W. Graziano y entonces junté dos cosas: la sensación esa junto a una total y absoluta paranoia de la conspiración. Ahí se me vino a la cabeza el siguiente pensamiento que quiero compartir con Uds.

Supongamos que yo tuviera mucha, pero mucha, guita. Digamos unos 1.000 millones de dólares. Es decir, que fuera millonario posta pero con fortunas de esas que compran ministros. Supongamos que además tuviera esto de malicia (gestito de tenés maní con los dedos, o de moso un café para los puritanos), para lo que no hace falta en realidad suponer mucho.
En ese caso, lo primero que haría es estudiar como hacer para que mi situación se perpetúe for ever and ever, ni hablar. Pero hay dos cosas que hay que remarcar:
- No estoy hablando de estudiar cómo rajar empleados para cotizar mejor en bolsa, esto hablando de redactar con mi puño y letra las leyes que me permitan cagar gente a nivel macro.
- Con esa guita y sin tiempo, lo que haría es contratar gente para que lo estudie por mí.

La conclusión es que debe haber mucha gente clase media haciendo ese laburo. Oficinas llenas de sociólogos pensando la mejor manera de llevarnos a una situación mental donde nos caguen y nos nos quejemos, perdiendo unidad, comunicación con los demás y alienándonos de todas las maneras posibles. O economistas estudiando la ley que mejor permita la especulación.

Pero momento!, de esto sí tiene que haber evidencia, ¿alguien sabe algo?

Cree Ud. que la ciencia pura que se investiga en la actualidad, con su producto más representativo, 'el paper', servirá en algún momento para algo?