sábado, 18 de julio de 2009

Pelo

Cada vez quedan menos rastros de vos en este mundo material, pero en mi corazón seguís tan presente como en esas noches interminables de televisión y comentarios oportunamente graciosos o profundamente reflexivos.

Cuando te pienso lo primero que inunda mi alma es esa sensación que sentía cuando me tirabas, como diciendo algo obvio, o como quién no quiere la cosa, una verdadera revelación, una verdad del universo. Nunca nadie me generó eso nunca más. Una de las cosas que más tristeza me da de que nunca lograras salir de tu capullo es que nunca voy a poder tener la certeza de si esas verdades eran tales ¿sería sólo una impresión mía, resultado de nuestra extraña e intermitente pero profunda relación, o sería una realidad? No lo sé.

Lo que sí sé es que la humanidad perdió con tu partida. Todos los que te conocieron de verdad se quedaron con la misma sensación, pero también puede ser porque mal que mal todos te admiraban de alguna manera, o te querían ¿un amor capaz de distorsionar la visión propia? Todo son dudas. Todo son dudas y mucho dolor. Pero es un todo allá abajo. Ese abajo insignificante, totalmente tapado y abrumado por el amor. Creo que esa es la reflexión que se podría sacar de todo esto.

Consecuentemente, con tu muerte nos dejaste tu última verdad absoluta, que lleva años y litros de lágrimas depurar, y es infinita en matices: solo el amor es lo que sobrevive a la muerte.

Cree Ud. que la ciencia pura que se investiga en la actualidad, con su producto más representativo, 'el paper', servirá en algún momento para algo?